Puedes guardar un secreto



En medio de un amplio y verde bosque había una casita. En ella vivían un herrero y sus tres hermosas hijas. Tania, la mayor, era morena. Celia, la segunda, era rubia. Dorotea, la menor, tenía el cabello castaño y brillante y los ojos azules como el cielo. Pero Tania y Celia se burlaban siempre de que ella era muy despistada.
Puedes guardar un secreto

Puedes guardar un secreto

—Vigila el puchero —le dijo su padre , y el y sus dos hermanas se disponían a ir al mercado. Y a los cinco minutos Dorotea no recordaba lo que le había dicho. Al fin decidió que su padre le había mandado ponerse a hilar.
Cuando su familia regresó a casa, había hilado hasta diez madejas de lana, ¡pero el guisado se había quemado!
—¡Mira que eres olvidadiza!
—la reprendieron.

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